La versión aún inmadura de la mandarina tiene un poder excepcional de conectarnos con el deleite y simplicidad de la niñez. Como adultos, es fácil perder noción del gusto por vivir, pero al conectar con el potencial puro que habita dentro de nosotros, este aceite nos recolecta con nuestra chispa interna. Para aquellos que cargan con el peso de las cicatrices creadas por la vida, este aceite te apoya a recolectar con el niño interior para comenzar con un proceso de sanción.
En cuanto a sus usos físicos es un aceite especial. Aquí algunos usos:
Difunde o aplica en nuca para apoyar durante periodos de tristeza crónica.
Aplica debajo de la nariz o puntos pulso en ocasiones de ansiedad.
Toma en agua o aplica sobre el estómago para promover bienestar digestivo.
Toma con pimienta negra para promover una circulación adecuada.
Toma con limón y juniper berry para promover un buen funcionamiento de órganos vitales.
Agrega en tu limpiador facial para promover una piel radiante y purificada.
Difunde con hierbabuena para tener un buen funcionamiento respiratorio.
Inhala profundamente cuando sientas la falta de energía.
Te invito a que pruebes agregar esta belleza en tu agua. Te prometo no te arrepentirás.
Si te gustaría conocer un poco más de la extracción de este aceite y de su bella historia te invito a que veas este video: